La Plaza Mayor de Zacatecas
"Interior de Zacatecas" por Carlos Nebel. 1830. |
En las ciudades
de la enorme patria hispanoamericana, la Plaza Mayor tiene una enorme
importancia, pues es el centro de toda la vida urbana. El grande y solemne
espacio está enmarcado por el templo principal, las casas de gobierno y las
habitaciones de los vecinos prominentes. En ella está ubicada la fuente pública
y se realiza el mercado. Es el lugar adecuado para las grandes actividades del
pueblo: procesiones, representaciones teatrales, corridas de toros, recepción
de personajes, celebraciones cívicas.
Así fue la Plaza
Mayor de Zacatecas y se conservó hasta 1861. Una bella y cuidadosa litografía
de un viajero alemán, Carlos Nebel
nos la muestra como él la vio en 1830. En ella se aprecia el esplendor de la
entonces iglesia parroquial mayor
(hoy catedral) con su cúpula barroca original, en cuyos gajos se divisan
algunos motivos decorativos, seguramente con algún contenido iconológico y que bien
pudieron ser hechos de Talavera.
Del mismo modo,
Nebel dibujó el atrio que la parroquia tuvo a partir de 1805, el cual por su
arquitectura neoclásica, contrastaba con el barroco de sus fachadas. El atrio
tenía tres pórticos de acceso, flanqueados de columnas de fuste estriado y
capitel dórico y un cerramiento con frontón interrumpido en donde se levantaba
una escultura de un ángel. Estudiando con delicadeza esta imagen, me atrevo a
suponer que estas esculturas son algunas de las que aún se encuentran
rematando los contrafuertes de la fachada sur, dedicada a Nuestra Señora de los
Zacatecas y de la sacristía, aunque hay que decir, estos ángeles son más
antiguos que los pórticos.
Detalle de la fuente erigida en 1805 al centro de la Plaza Mayor de Zacatecas; al fondo, el palacio del rico minero Manuel de Rétegui y el pórtico principal del atrio de la antigua parroquia mayor. |
El mismo año en
que se construyó el atrio cementerio de la parroquial, se remodeló la pila de
agua que se encontraba en el centro de la Plaza Mayor, cuyos antecedentes datan
del siglo XVI, desde el nacimiento de nuestra ciudad. La fuente, según nos lo
deja ver el señor Nebel, tenía igualmente elementos de la arquitectura
neoclásica; al centro del vaso de forma octogonal se desplantaba un sólido
coronado de jarrones, un obelisco asentado sobre cuatro esferas en torno al
cual se encontraban cuatro esculturas y una más en su remate.
El mercado que invadió la plaza Mayor, construido en 1861. Foto: 1870, Col. José Manuel Enciso. |
En 1861 cuatro
galerones con arcadas invadieron la plaza durante el gobierno interino del Lic.
Miguel Auza. Se pretendía ubicar convenientemente a los comerciantes, pero se
perdió la plaza y se perdió la fuente. Pronto se comprobó que el mercado no era
funcional. El paisaje citadino comenzó a cambiar.
En vez de recuperar la Plaza Mayor, en 1886 se inició un nuevo
mercado inaugurado tres años más tarde. Construido sobre la misma área que el
anterior, este edificio rompería con la escala urbana del contexto al alzarse varios
metros con una estructura de acero prefabricada mandada a construir en Francia.
Salvo este piso (destruido por un incendio en Diciembre de 1901), el edificio
se conserva hasta el día de hoy. Las casas que
limitaban la plaza por el lado poniente no habían perdido su ubicación
original.
El nuevo mercado principal, construido sobre el mismo espacio que el de galerones y arcadas, invadió no solo el espacio, si no también las visuales. |
En 1889, el
antiguo teatro Calderón se incendió y en 1897 ya se había construido en el
mismo sitio el actual foro. Para ello se invadieron cerca de 9 metros de lo que
restaba de la vieja plaza. Las residencias contiguas se alinearon con la fachada
del nuevo teatro en 1899, modificando así el trazo urbano que Diego de Ibarra
planteara cuando Zacatecas iniciaba sus días como ciudad.
Vista actual |
Con la
construcción de estos edificios se perdió otro tanto de la Plaza Mayor y sólo
quedan como testigos de aquel grandioso espacio las plazoletas Francisco Goitia
y Candelario Huízar. Ahora sólo cabe
imaginar por medio de la imagen de Nebel
y por algunos antiguos mapas, la traza genial que nuestros antepasados dieron al corazón de
la ciudad con sus bien pensadas perspectivas.
Victor Hugo Ramírez Lozano
SALUDOS¡¡¡¡